martes, 18 de mayo de 2010

LA IRA

Como seres humanos, con fortalezas y debilidades, un método para el crecimiento espiritual es renunciar y acumular. Debo renunciar lo negativo. Aunque tenga ganas de gritar contra alguien, de pelear con una persona, aunque los celos y la envidia me consuman, hay que aprender a transformar esta negatividad en algo positivo. Pues la ira solo conquista un terreno destruido y los celos solamente muestran cuan inferior soy yo. Si tomo de la ira su fuerza y energía, si paso a cooperar con algo grandioso, para el bien de otros, entonces sentiré cuan grandioso soy. Y estaré acumulando en mi alma la maravilla de lo divino que tengo adentro de mi, un divino que es puro y perfecto y que existe y siempre existirá en la esencia de cada ser humano.

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